El destacado cient?fico O.O. Ujtomskiy elabor? y estudi? el principio de la dominante. Dominante es el foco de la excitaci?n constante en el cerebro que recibe una posici?n de dominaci?n temporal sobre sus otras partes transform?ndolas y dirigiendo su actividad. De este modo, partiendo de la definici?n de Ujtomskiy, la dominante es un deseo aparecido bruscamente que se produce en el cerebro.

Este deseo es tan fuerte que todos los dem?s centros de la actividad del cerebro en este preciso momento est?n dirigidos a la satisfacci?n del dicho deseo. Por ejemplo, cuando de repente en la persona aparece una sensaci?n de la sed o del hambre, es decir, bruscamente aparece un deseo fuerte de comer o beber, de esta manera surge la dominante.

Despu?s de que aparece este fuerte deseo, o sea despu?s de la aparici?n de la dominante, la persona ya no puede concentrarse en el trabajo o estudio, o bien cualquier otra cosa. El cerebro humano en aquel preciso momento no est? fij?ndose en el modo de c?mo cumplir con una cierta tarea sino en el hecho de c?mo comer o beber algo. Por consiguiente, todos los centros de la actividad cerebral de la persona est?n concentrados en la satisfacci?n de este fuerte deseo dominante.

Dicho de otro modo, el mecanismo del funcionamiento de la dominante empieza con la aparici?n del deseo excitado que se hace la tarea principal para el cumplimiento en el cerebro. En el fondo de este deber, todos los dem?s deseos o necesidades no se toman en consideraci?n, como si se ignoraran por el cerebro, y al mismo tiempo favorecen y ayudan a realizar la tarea principal.

En efecto, el cerebro humano est? repleto de variados procesos que tienden a realizarse en la vida. Es evidente que tantos procesos no pueden cumplirse todos al mismo tiempo, por eso el cerebro humano ordena todos los procesos desde el m?s fuerte hasta el m?s d?bil, mientras que el orden se renueve cada vez dependiendo de nuevos deseos o necesidades de la persona. Al surgir nueva dominante, todos los procesos se agrupan, se dirigen todos a la vez al cuplimiento de un cierto objetivo o meta, o sea a la realizaci?n de una tarea de la cierta dominante.

Las dominantes pueden ser tanto positivas como negativas, y pueden expresarse por medio de diferentes modalidades, por ejemplo, por buenos o malos h?bitos. La persona que sufre de las bebidas alcoh?licas tiene un mal h?bito, es decir, alcohol es la dominante negativa.

Uno comprende perfectamente que esta dominante le perjudica su organismo, sin embargo, sigue satisfaciendo su mayor necesidad, as? que esto le trae una especie del alivio temporal, una relajaci?n, etc. El ejemplo de la dominante positiva puede ser hacer la limpieza. Hay personas que no van a dormir si en la habitaci?n el suelo no est? barrido. Es decir, la dominante de limpieza tiene una influencia positiva en el estado ps?quico y f?sico de la persona.

La dominante de cada persona puede cambiarse seg?n las circunstancias o su deseo. Por ejemplo, la misma persona que es adicta al alcohol puede tomar la decisi?n y empezar a llevar una vida sana. Tambi?n, por ejemplo, en la mujer antes del embarazo la dominante puede ser el trabajo. Durante el embarazo ella se pone a reflexionar qu? estilo de vida tendr? despu?s de nacer el beb? y qu? deber? hacer ella. Al final, despu?s de dar a luz, la dominante de la mujer ya no es trabajo sino el ni?o. Es decir, respecto a las circunstancias una dominante se cambi? por otra (trabajo por ni?o).

El principio de la dominante no se refleja solo en lo mencionado arriba. Este principio aparece en todas las esferas de la vida humana. Los cient?ficos destacan tal especie de la dominante como dominante cultural. Esta consiste en la visi?n del mundo y mentalidad de la persona, tambi?n ella se refleja en las relaciones con naturaleza y otras personas. En la comunicaci?n interpersonal entre dos personas o en un grupo siempre hay una persona que desempe?a el papel principal en la conversaci?n. La persona que lleva la conversaci?n es dominante.

Por ejemplo, en la conversaci?n entre un maestro y un alumno el maestro es dominante, y en la conversaci?n entre un jefe y un empleado el jefe es dominante. Como regla general, en la conversaci?n la dominante pertenece a aquella persona que ocupa el mayor puesto (jefe y empleado), que es mayor de edad (abuelo y nieto), que tiene el superior t?tulo acad?mico (docente y diplomado), profesi?n o aun g?nero (hombre y mujer en la familia).

Como ha sido mencionado arriba, la dominante puede ser positiva y negativa. En la mayor?a de los casos toda persona aspira a tener una dominante positiva. Por ejemplo, durante la comunicaci?n profesional la dominante positiva incide en la soluci?n eficiente de una cierta tarea. La dominante positiva depende de la actitud hacia su profesi?n, ocupaci?n y tambi?n, en particular, hacia sus empleados, clientes, alumnos y otras personas durante la comunicaci?n. Para conseguir un buen resultado la dominante positiva debe ser acompa?ada de respeto, amabilidad, y a veces de paciencia hacia su interlocutor.

Cada miembro de la conversaci?n se encuentra en medio de su anhelos, aspiraciones y necesidades los que tiende a satisfacer. En su lugar, la dominante tiene que dirigir sus propios deseos a los de su interlocutor con el fin de obtener un resultado deseado. Hay casos cuando los intereses y aspiraciones no coinciden pero para conseguir lo deseado la dominante debe concentrarse en su interlocutor.

Por consiguiente, durante la comunicaci?n la dominante tiene una gran influencia en el otro. Si la persona-dominante quiere conseguir ?xito en la conversaci?n y ponerse de acuerdo para resolver un problema planteado y para recibir un buen resulatado, le es necesario dirigir su dominante a la dominante de su interlocutor. Si la dominante presiona al interlocutor y no va a tomar en consideraci?n sus deseos y aspiraciones, en la mayor?a de los casos conseguir? un resultado nulo.